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HISTORIA

Aljustrel, es una aldea distante  a un kilómetro de Fátima en Portugal, lugar donde vivían unos humildes y sencillos campesinos. Tres niños pertenecientes a familias de este lugar se dedican al pastoreo, cada  día  llevaban el rebaño de ovejas por el monte y campo de Fátima;  Jacinta de siete años y Francisco de nueve años, son hermanos y  su prima  Lucia de nueve años.

Apariciones del Ángel en 1916

 

“Un bello día fuimos con nuestras ovejas a una propiedad de mis padres, situada al fondo de dicho monte, mirando al saliente. Esa propiedad se llama “Chousa Velha”. Alrededor de media mañana comenzó a caer una lluvia fina, algo más que orvallo. Subimos la falda del monte seguidas por nuestras ovejas, buscando un resguardo que nos sirviese  de abrigo. Fue entonces cuando, por primera vez, entramos en nuestra caverna bendita…Allí pasamos el día, a pesar de que la lluvia había cesado y el sol había aparecido, hermoso y claro…

 

 

Hacía poco tiempo que jugábamos, cuando un viento fuerte sacudió los árboles y nos hizo levantar la vista para ver lo que pasaba, pues el día estaba sereno. Vemos entonces, que, desde el olivar se dirige hacia nosotros la figura de la que hablé. Jacinta y Francisco aún no la habían visto, ni yo les había hablado de ellas. A medida que se aproximaba, íbamos divisando sus facciones: un joven de unos 14 ó 15 años, más blanco que la nieve, el sol lo hacía transparente, como si fuera de cristal, y de una gran belleza. Al llegar junto a nosotros, dijo: ¡No temáis Soy el Ángel de la Paz. Rezad conmigo. Y arrodillándose en tierra, dobló la frente hasta el suelo y nos hizo repetir por tres veces estas palabras:

¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

Después, levantándose, dijo: Rezad así. Los corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas”.

Apariciones de Nuestra Señora

 

La aparición el día 13 de mayo de 1917. Una Señora vestida de blanco más linda que el Sol, posada sobre una encina. Precedida de un ruido como de un relámpago, los niños dejaron las piedras, se miraron asustados.

Sorprendidos por esta aparición, los niños fijan los ojos en la dulce Señora, de voz suave que les tranquiliza ¡No temáis: yo no os hago mal!

Lucia le pregunta de dónde es, y Ella responde que es del cielo.

Les pide que vengan a este lugar durante seis meses seguidos, el día 13 a la misma hora. Quién promete decirles quién es y lo que quiere, y además que volverá una séptima vez.

-Rezad el Rosario todos los días – les pidió la Señora, para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra.

Lucia la mayor de los tres pastorcitos, en sus conversaciones con la Señora, durante las apariciones, nos relatará lo siguiente:

“Las palabras que la Santísima Virgen nos dijo en este día, y que acordamos no revelar nunca, fueron (después de decirnos que iríamos al cielo): ¿Queréis ofreceros a Dios, para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de reparación por los pecados con que él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?

-Sí, queremos  - fue nuestra respuesta

-Tendréis, pues, que sufrir mucho, pero la gracia de Dios será vuestra fortaleza”.

Muchas personas no creen en las apariciones, los niños se lo cuentan a la Virgen, quién promete hacer un Milagro, el día 13 de octubre. Unas 70.000 personas fueron testigos del Milagro del Sol, cómo éste giraba y se acercaba a la tierra al punto que parecía que iba a chocar con ella. Durante algunos minutos el Sol cambió a distintos colores, se desplazó de un lugar a otro en el firmamento.

La Virgen les dice que Jacinta y Francisco morirían muy pronto mientras que Lucía quedaría aquí para anunciar su mensaje y así fue. Dos años después muere Francisco (1919) y un año después Jacinta (1920). Lucía ingresó  a monja y vivió hasta su muerte (2005) en el Convento de las Carmelitas Descalzas de Coimbra.

Fuente: - Memorias de Hermana Lucia, Volumen I, Secretariado dos  Pastorinhos, Fátima - Portugal

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